martes, 26 de febrero de 2008

Racionamiento venezolano

He leido mucho últimamente sobre cómo en Venezuela se va a copiar el modelo cubano de distribución de alimentos, la tarjeta de racionamiento que tanto ha dado qué hablar en nuestros países, y quería reflexionar sobre cómo puede llegar a implantarse semejante sistema en el país.

La tarjeta de racionamiento venezolana no vendrá con decretos y expropiaciones, sino con el ahorcamiento gradual de los mecanismos de distribución y venta de alimentos al consumidor final. Es decir, como al gobierno poco le importa que las grandes cadenas de supermercados tengan o no productos para el consumidor, y tampoco le importan la enorme cantidad de abastos, bodegas, tiendas pequeñas regadas en todas las ciudades y pueblos, a éstos y aquéllos no les quedará otra opción que someterse y cerrar puertas, o reducir abastecimiento. El gobierno, que ya tiene a PDVal y tambien a Mercal, acaparará los pocos bienes que se produzcan en el país, y unidos a los importados (que sólamente el gobierno puede comprar con dólares) monopolizará el expendio de alimentos al consumidor.

Aquí viene el último elemento: el del control. Ya se lee en los medios que serán los consejos comunales los que actuarán como reguladores de quiénes compran en Mercal y PDVal. Ya el presidente Chávez habla de tarjetas de consumo expedidas unicamente para éstos entes gubernamentales, limitando las cantidades que cada comprador puede comprar, y cuántas veces al día.

Pronto no importará si las tarjetas y los mecanismos de control solamente aplican en PDVal y Mercal. La escasez hará irrelevantes a los otros expendedores. Productores solamente podrán vender al estado, único capitalista de la nación, y allí podrá implementarse el temido sistema de "racionamiento". Sin violencia, sin cierres, sin expropiaciones, sin ninguna otra acción que tomar que no sea esperar al colapso de los expendedores privados.